La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo. Tan grande que nos recubre por completo. Por eso, cuidar la piel y mantener una buena rutina de cuidados es de vital importancia. Si tú también estás buscando cómo cuidar la piel con algunos consejos fáciles, no te pierdas nuestro artículo de hoy. Te explicamos con detalle cuáles son los hábitos que debes adoptar y en qué situaciones debes tener especial cuidado. Además, recuerda que en nuestra escuela podrás encontrar formación y cursos de estética y cosmética. Conviértete en un experto de este sector. Pide información sobre el título que más se adapte a tus necesidades sin compromiso.
Y ahora, vamos a ver cómo cuidar la piel con estos consejos básicos y simples. ¿Nos acompañas?
Índice de contenidos
Cómo cuidar la piel con estos trucos sencillos
Son muchas las personas que creen que para tener un cutis sano, fino y sin impurezas es necesario gastarse una cantidad inmunda de dinero. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Saber cómo cuidar la piel sin tener que invertir una gran cantidad de dinero está al alcance de tu mano. simplemente debes seguir estos consejos simples.
Hidrata tu piel
Uno de los consejos más básicos que, sin embargo, nos cuesta aplicar. La hidratación diaria es fundamental para mantener una piel sana. Busca una crema o leche hidratante corporal que se ajuste a tus necesidades personales. Analiza primero qué tipo de piel tienes, así podrás aportarle los nutrientes o características que necesite. Ten también en cuenta que es posible que tu cara tenga necesidades especiales. Consulta siempre con tu médico o dermatólogo de referencia antes de iniciar cualquier tratamiento específico.
La higiene, vital
Este punto no solo responde a la pregunta de cómo cuidar la piel. La higiene está relacionada directamente con el estado de salud general de tu cuerpo. Y es que, como ya hemos dicho, la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, y es el que más expuesto está a las inclemencias y agentes externos. Por eso, no cuidarla ni mantener una buena higiene puede hacer que contraigamos enfermedades e infecciones de diferente origen y carácter.
En este sentido, es imprescindible que utilices un producto que limpie tu piel sin agresiones. Intenta buscar un cosmético sin “jabón”, es decir, que limpie tu piel suavemente pero sin resecarla. Notar la piel seca después de una ducha sería un claro síntoma de agresión externa.
Cómo cuidar la piel en y después de la ducha
El momento de la ducha es siempre una buena oportunidad para dedicarle tiempo al cuidado de la piel. Tanto durante como después de ella, deberás fijarte en algunos detalles que, aunque parezcan inofensivos, son muy importantes.
En la ducha
Por ejemplo, la temperatura del agua es un factor determinante si hablamos de cómo cuidar la piel en la ducha. Por más caliente que te guste el agua, una temperatura superior a los 38 grados resecará tu dermis. Regúlala teniendo en cuenta que lo más recomendable es que esté en los 30 grados (o incluso un poco menos).
Luego, otro de los detalles a los que debes prestar atención es la cantidad de producto que utilizas para tu cabello y piel. A veces, aunque los productos en cuestión no hagan mucha espuma, tendemos a pensar que no tenemos suficiente. Lo mejor es siempre tender a menos.
Además, cabe recordar también en este apartado que para saber cómo cuidar la piel es imprescindible no olvidarse de las uñas. Los expertos recomiendan utilizar un cepilla para las uñas en cada ducha y frotarlas bien con un poco de gel de baño.
Después de la ducha
Uno de los primeros cambios que debes aplicar a tu rutina es el secado tras la ducha. Olvídate de frotarte y, en vez de ello, seca tu piel lo más suave posible, dando pequeños toquecitos y presionando ligeramente con la toalla. Así evitaremos que la piel se irrite o sufra al fregarse contra la tela.
Luego puedes aprovechar que la piel está recién limpia para aplicar tu loción hidratante diaria. Así conseguiremos que nuestra piel retenga la humedad de la ducha. No esperes mucho tiempo, los expertos recomiendan que lo hagas antes de que hayan pasado 3 minutos tras secar la piel. Esta sería la manera más efectiva de devolverle a tu piel la barrera protectora que puede haber perdido durante la ducha.
Protección solar, siempre
No es una frase infundada de todas las madres, “con nubes también te quemas”. Proteger la piel de los rayos solares, tanto si es invierno, como si es verano, y sin tener en cuenta la predicción meteorológica es siempre una buena opción. Puedes, por ejemplo, apostar por cremas hidratantes diarias que incluyan factor protector.
Otros cuidados de la piel
Cuidar de tu dermis no solo depende de los productos, las duchas o la hidratación que le des. También influyen sobre ello muchos factores indirectos. Por ejemplo, la hidratación de tu cuerpo se manifiesta en tu piel de manera directa. Lo más recomendable es beber de 1.5 a 2 litros de agua al día.
Lo mismo pasa con otros factores externos que impactan en nuestra piel. Te sonarán el tabaquismo y el estrés, dos estados que deberíamos evitar al máximo dentro de nuestras posibilidades.
Asimismo, si estamos con algún tratamiento médico de larga duración, es recomendable que consultes a tu médico si tu piel necesitará de un cuidado especial. Algunos medicamentos influyen directamente en el estado de tu piel.