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La pedagoga italiana María Montessori tenía un objetivo en mente cuando creó su método educativo: ayudar a los niños y niñas a ser más autónomos. A través de las actividades Montessori se fomenta la independencia de los pequeños y se busca impulsar su desarrollo cognitivo. ¿Cómo? Pues poniendo a prueba sus habilidades motoras, su coordinación y su fuerza con una serie de ejercicios la mar de sencillos.

¿Qué actividades Montessori podemos realizar?

Para poder aplicar las enseñanzas de esta pedagoga, podemos realizar las actividades Montessori en el aula o en casa. Se trata de varias prácticas que, semejantes a juegos, estimulan los sentidos de los más pequeños y fomentan tanto su desarrollo como su autonomía. Veamos cuáles son las actividades Montessori:

Cortar papel con líneas

Para poner en práctica este juego Montessori necesitas papel para cortar, un boli, tijeras y un bol. Primero deberás haber dibujado las líneas en el papel que, posteriormente, los niños deberán cortar cuidadosamente con las tijeras encima del bol.

Es una actividad muy simple, pero también muy efectiva. El objetivo es poner a prueba la coordinación entre los ojos y las manos. Para subirlo de nivel, pueden dibujarse formas que no sean rectas e intentar que los niños las sigan con las tijeras.

Poner la mesa

Este ejercicio Montessori está pensado para hacerlo en casa, como ya podrás imaginar. El objetivo es delimitar y dar orden, puesto que la parte más importante es situarlo todo en su sitio. Además, esta actividad fomenta la coordinación y ayuda a integrar al pequeño en la familia, puesto que siente que tiene una función concreta.

Barrer y recoger

Podemos preparar un pequeño bote con popurrí de flores secas, lo tiramos en un trozo concreto de suelo y les mostramos a los niños cómo agruparlo y recogerlo correctamente con una pequeña escoba y el recogedor. Esta actividad estimula su coordinación, pero también les enseña una habilidad práctica que pueden poner en marcha cuando es necesario, otorgándoles mayor independencia y responsabilidad.

Caminar en la línea

Seguro que te has dado cuenta: muchos niños y niñas adoran caminar por los bordillos, subir y bajar escalones que encuentran por la calle y seguir líneas imaginarias por las aceras. Pues bien, en esto consiste esta actividad Montessori: delimitar una línea con cinta adhesiva y animarles a seguirla. Este movimiento conlleva mucha atención, concentración y coordinación, y puede subirse la dificultad gradualmente: hacerlo a la pata coja, con un cojín en la cabeza, saltando…

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El agua con esponja

Esta actividad práctica que estimula los sentidos del niño. Para realizarla, deberá utilizar una esponja para pasar el agua de un recipiente a otro, algo que no sólo trabajará su coordinación sino que el ayudará a entender la naturaleza de los líquidos.

Guardar cubiertos

Este ejercicio mejora la coordinación motora y visual, puesto que el pequeño tiene que organizar los cubiertos según su categoría y colocarlos en un espacio concreto. Asimismo, se trata de una práctica que fomenta su sentido del orden y de la responsabilidad dentro del hogar.

Pintar con agua

Sólo se necesita un pincel y un recipiente para poner en práctica este juego de Montessori. La función es agudizar el sentido de observación del niño, que deberá pintar encima de un papel con agua y observará, a medida que este se va secando, cómo el dibujo desaparece y cómo cambia el papel al haber estado en contacto con el agua.

Lavar la bicicleta

Una bicicleta es un objeto complejo que tiene muchos ángulos, por lo que poner en práctica su coordinación con ella puede ser de lo más estimulante. En caso de no disponer de una bicicleta, puede ser cualquier otro objeto: la meta es fomentar la coordinación motora y visual, además de enseñarles la importancia de cuidar los objetos.

Grupos de botones

Necesitarás una bandeja de molde para hacer magdalenas o cualquier otro recipiente con diversos apartados separados (una huevera, por ejemplo, también valdría), y varios botones de diferentes tamaños y colores. El niño tendrá que rellenar cada hueco haciendo grupos o familias del mismo color, aunque, eso sí: siempre debe estar supervisado por un adulto para garantizar que no se lleva nada a la boca.

Cortar alimentos

Esta actividad es el ejemplo perfecto de cómo un gesto de la vida cotidiana se puede convertir en un juego para que el niño se concentre. Debes estar con él para comprobarlo, pero es importante que le dejes hacerlo solo (¡incluso con un cuchillo de verdad!). Eso sí, no le des un alimento para cortar que ofrezca demasiada resistencia: huevos cocidos, plátanos o cualquier otro alimento blando puede ser una buena opción.

Collares de pasta

El niño debe enhebrar una cuerda a través de la pasta seca, pieza a pieza, para hacer un collar de pasta. Se trata de uno de los juegos Montessori más sencillos, pero también más desafiantes, ya que ponen a prueba su coordinación en múltiples áreas.

Un jardín en un tarro

Por último, pero no por ello menos importante, tenemos el jardín en un tarro. Este ejercicio consiste en mojar con agua papel de cocina y añadir algunas legumbres para comprobar cómo nacen y crecen las semillas. Esta práctica no sólo estimula su coordinación, sino que fomenta su interés por la naturaleza y su respeto hacia ella.

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