Si tienes facilidad por convertir estancias en espacios funcionales y cómodos, sin duda te interesa saber qué es el interiorismo. Este campo profesional, estrechamente relacionado con la arquitectura y la decoración, está en auge desde la pandemia mundial que vivimos hace un par de años. ¿Por qué? Pues porque muchas personas se dieron cuenta de que, al pasar tanto tiempo en casa, necesitaban hacer cambios en sus hogares, convirtiéndolos en espacios ergonómicos y acogedores. Y es que, aunque no lo creas, los espacios donde vivimos o pasamos muchas horas influyen en nuestra salud mental.
Así pues, en las siguientes líneas vamos a explicarte en qué consiste el interiorismo, qué elementos contempla y en qué se diferencia de la decoración de interiores.
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Índice de contenidos
¿Qué se entiende por interiorismo?
La definición de interiorismo, ámbito también conocido como diseño de interiores, hace referencia a la disciplina de carácter proyectual que pretende crear una experiencia dentro de un espacio interior a través de la manipulación del espacio y de la superficie de este. Esto implica que incida en la iluminación, la acústica, la temperatura, etc.
Asimismo, el diseño de interiores se basa en la:
- Distribución del espacio. Basado en las técnicas de Le Corbusier y Mies van der Rohe, el interiorista posiciona los muebles y los objetos de la estancia, consiguiendo una buena distribución.
- Comodidad y ergonomía. El interiorista diseña los espacios basándose en una serie de principios de ergonomía a la vez que busca la mayor funcionalidad y comodidad posible.
Por otro lado, este campo profesional está relacionado con la decoración de interiores y la arquitectura, y se emplea en viviendas, comercios, oficinas, locales, etc.
¿Cómo surge el interiorismo?
Como mencionábamos al inicio de este post, el interiorismo ha ganado protagonismo gracias a la pandemia de la Covid-19. Pero para entender el diseño de interiores actual, es necesario remontarse en las diferentes etapas y corrientes de la historia de la humanidad. Así pues, hagamos un repaso de ello y de las tendencias que marcaron cada época.
Clásico (antigua Grecia y Roma)
El estilo clásico se basa en las formas y reglas matemáticas de la proporción. Es un estilo basado en la simetría, el equilibrio y la armonía.
Gótico
Este estilo se caracteriza por edificaciones y estancias lúgubres, arcos ojivales y tracería perforada. Aplicado al diseño de muebles y detalles arquitectónicos, estos eran más ligeros y delicados que las edificaciones originales.
Barroco
Se caracteriza por la ornamentación exuberante, con diseños a gran escala, formas pesadas, decorados metálicos, revestimientos, pilastras y repisas.
Rococó
Los decorados son asimétricos, tallados, pintados y estucados en paneles y muebles. Abundaba el color azul, el rosa y el verde en tonos pasteles, así como grandes espejos y candelabros para dotar de mayor iluminación y brillantez a los espacios.
Siglo XX
El siglo pasado, marcado por las guerras, surgen diferentes movimientos, entre ellos el Art Déco o el nacimiento de la Bauhaus, característico por su funcionalismo y la carencia de color, ornamentación y los detalles arquitectónicos.
En este siglo, la arquitectura y la decoración empiezan a separarse, creándose proyectos independientes, aunque ambas disciplinas estén relacionadas.
¿Qué se hace en interiorismo?
El interiorismo tiene en cuenta una serie de elementos para convertir una estancia en funcional, cómoda y equilibrada. Veamos cuáles son:
Estilos
Según las preferencias del cliente, puede buscarse la homogeneidad en textiles y mobiliario o, por el contrario, romper con ella combinando colores y texturas en tonalidades intensas.
Revestimientos
Para los revestimientos, en interiorismo se tiene en cuenta:
- Espacio. El mobiliario debe ir acorde al diseño y el espacio disponible, así como a la accesibilidad y limpieza de este.
- Materiales. Se tiene en cuenta el uso de pinturas, plásticos y otros materiales que pueden tener efectos negativos en el espacio interior.
- Instalaciones. Se apuesta por sistemas que permiten reducir gastos y que tengan en cuenta el medio ambiente.
- Superficies. Para mejorar la calidad de vida del cliente, se buscan materiales antideslizantes, impermeables, antiadherentes, etc.
Iluminación
Según las preferencias del cliente, se puede apostar por tonos fríos o cálidos. Las lámparas con formas geométricas y flexibles permiten diseños más orgánicos, ganando protagonismo en la estancia que se coloquen.
Acústica
La acústica variará según la funcionalidad que se le quiera dar a una estancia. Por ejemplo, no tendrá el mismo aislamiento acústico una biblioteca u oficina que una cocina.
Mobiliario
El tono, los materiales y la posición de los muebles es clave en diseño de interiores, pues dotarán de mayor o menor armonía y comodidad una estancia. Eso sí, estos elementos decorativos y funcionales varían según la temporada.
Color
El tono de las estancias dependerá de los gustos del cliente y la finalidad que tenga. Normalmente se suele apostar por tonos beiges y claros, pues aportan luminosidad y bienestar.
¿Cuál es la diferencia entre interiorismo y decoración?
Entre el interiorismo y la decoración de espacios interiores existen muchas similitudes, pero lo cierto es que, aunque son dos disciplinas que se combinan, existen una serie de diferencias.
En primer lugar, la decoración de interiores consiste en el estudio y combinación de elementos decorativos, mientras que el interiorismo se dedica a acondicionar los espacios. De esta manera, el decorador se dedica a embellecer estancias a partir de colores, texturas, mobiliario y elementos ornamentales. En cambio, el interiorista modifica la distribución de un espacio para que sea funcional y cómodo.
Por otro lado, los interioristas trabajan con arquitectos y contratistas, mientras que el decorador trabaja con proveedores dedicados a la venta de muebles, pinturas, etc.