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La salud sexual y reproductiva es un componente esencial del bienestar y la calidad de vida. Abarca aspectos que influyen en la capacidad de vivir una vida sexual satisfactoria y segura, así como en la capacidad de reproducirse y de tomar decisiones informadas sobre ello. A lo largo de este blog exploraremos los conceptos básicos sobre esta clase de salud, ¿nos acompañas?

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¿Qué es la salud sexual y reproductiva según la OMS?

Según la OMS, la salud sexual y reproductiva es “un estado de completo bienestar físico, mental y social en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo, sus funciones y procesos”. Esta organización entiende que el concepto va más allá de simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia.

Esta definición de la salud sexual y reproductiva subraya que se trata de un estado integral que incluye aspectos de la intimidad de una persona. Implica que pueda tener una vida sexual satisfactoria y segura, con la capacidad de reproducirse y la libertad de decidir, cuándo y con qué frecuencia hacerlo. Además, incluye el derecho de acceder a servicios de salud que otorguen seguridad, a información adecuada y a una educación sexual integral.

Desde la OMS destacan también la importancia de respetar los derechos humanos. Esto incluye el derecho a la privacidad, la toma de decisiones informadas y libres de coerción, y a la protección contra la violencia y la discriminación.

¿Cuáles son los 3 elementos de la salud sexual?

La salud sexual se puede desglosar en tres elementos clave que son esenciales para comprender y promover este aspecto del bienestar humano.

Salud física

Se refiere al bienestar corporal y la ausencia de enfermedades o condiciones que puedan afectar negativamente la función sexual. Esto incluye la prevención y el tratamiento de infecciones de transmisión sexual (ITS), el acceso a métodos anticonceptivos seguros y eficaces, y la atención a problemas de salud sexual como la disfunción eréctil, los trastornos de la excitación sexual y otras condiciones médicas que puedan interferir con la capacidad de disfrutar de una vida sexual agradable.

Para lograr este estatus, es necesario que los servicios de salud sean de calidad e incluyan chequeos regulares, pruebas y tratamientos. Además, la educación sobre prácticas seguras y promoción del uso de preservativos son aspectos básicos de la salud física en el contexto sexual.

Salud emocional

Se refiere a la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y plena, algo que está estrechamente vinculado al bienestar emocional y psicológico. Incluye varios elementos:

  • Capacidad de experimentar y expresarse sin culpa, vergüenza o ansiedad.
  • Tener relaciones basadas en el consentimiento, la confianza y el respeto mutuo.
  • Tener una autoimagen corporal positiva.
  • Poder comunicarse abierta y honestamente con la pareja.

Muchos de los aspectos que se abordan en terapia con pacientes con problemas de intimidad están relacionados con esta cara de la salud. El apoyo emocional y psicológico, la terapia y el asesoramiento pueden ser de gran ayuda para abordar problemas emocionales que afecten a la salud sexual, siendo el estrés, la depresión, la ansiedad o el trauma algunos de los más comunes.

Salud social

En este contexto, se refiere a la capacidad de interactuar y relacionarse con otros de manera que promueva relaciones saludables y respetuosas. Esto incluye la educación sexual integral que abarca no solo la información sobre la biología de la reproducción y la prevención de ITS, sino también temas como la comunicación en las relaciones, el consentimiento, la igualdad y el respeto por la diversidad.

La salud social supone vivir en un entorno que apoya y respeta los derechos sexuales de las personas, sin violencia, coerción ni discriminación. Las políticas y leyes que protegen los derechos sexuales y reproductivos son esenciales para promover la salud social, además de los esfuerzos para combatir el estigma y la discriminación relacionados con la sexualidad.

¿Cuándo se tiene una buena salud sexual y reproductiva?

Y, ¿cuándo se tiene una buena salud sexual y reproductiva? ¿Qué indicadores nos dan pistas sobre esto? En primer lugar, una salud óptima en esta área significa que la persona goza de un estado de bienestar en los aspectos físico, emocional y social relacionados con su sexualidad y capacidad reproductiva.

Además, hay varios indicadores en cada elemento que nos indican el estado de salud sexual y reproductiva de una persona.

Indicadores de bienestar físico

En el campo de la salud física, la ausencia de enfermedades es un indicativo positivo. Una buena salud en esta área se refleja en la ausencia de infecciones de transmisión sexual, enfermedades ginecológicas o urológicas, y otras condiciones que puedan afectarla.

Dentro de esta área se incluye el acceso a servicios de salud, chequeos y pruebas regulares, además de recibir una buena atención pre y postnatal. Finalmente, incluye la disponibilidad de métodos anticonceptivos seguros y eficaces para prevenir embarazos no deseados y planificar la familiar de acuerdo con los deseos de la pareja.

Indicadores de bienestar emocional

En este apartado, para determinar la óptima salud de una persona consideraremos:

  • Autoestima y autoimagen positiva. Una buena salud sexual y reproductiva se refleja en una autoestima y una autoimagen corporal positivas que permitan a la persona disfrutar de su sexualidad sin sentir culpa o vergüenza.
  • Relaciones saludables. Es la capacidad de establecer y mantener relaciones sexuales y afectivas basadas en el respeto mutuo, la comunicación abierta y el consentimiento.
  • Apoyo psicológico. Acceso a apoyo emocional y psicológico cuando sea necesario, incluyendo terapia y asesoramiento para abordar problemas emocionales y psicológicos que puedan afectar la salud sexual.

Indicadores de bienestar social

Finalmente, un estado de bienestar social óptimo incluye el acceso a una educación sexual que cubra no solo la biología de la reproducción y la prevención de ITS, sino también temas como el consentimiento, la comunicación en las relaciones y la igualdad de género.

Además, es importante vivir en un entorno que respete y proteja los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo la libertad de tomar decisiones informadas sobre la sexualidad y la reproducción sin coerción, violencia o discriminación. Debe haber apoyo comunitario legal con políticas y leyes que protejan estos derechos, además de esfuerzos comunitarios para combatir el estigma y la discriminación relacionados con la sexualidad.

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