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Los primeros días tras empezar una dieta no son precisamente un camino de rosas. Hambre, cansancio, cambios de humor… Todo eso es habitual. Lo importante es entender por qué ocurre y cómo responde tu cuerpo cuando le das un giro a tu alimentación. Así, conocer cuáles son los síntomas al empezar una dieta es clave, tanto si estás interesado en aprender más sobre nutrición como si quieres adoptar buenos hábitos, pero con conocimiento. En Escuela ELBS te contamos todo lo que necesitas. Pero, empecemos por lo básico: ¿qué le pasa al cuerpo cuando empiezas una dieta?

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¿Cuánto tarda el cuerpo en acostumbrarse a una dieta?

El cuerpo necesita un tiempo para adaptarse a cualquier cambio. Cuando hablamos de una dieta (ya sea para perder peso, ganar masa muscular o mejorar la salud) es tiempo de adaptación suele rondar entre dos y cuatro semanas. Durante este periodo, tu organismo pasa por varias fases.

La primera semana es cuando el cambio se siente más. El cuerpo detecta una reducción de calorías o un cambio en los nutrientes que recibe. Después, en la segunda semana, comienzas a notar mejoras, aunque también pueden aparecer ciertos síntomas físicos o emocionales.

Llegadas la tercera y la cuarta semana, el cuerpo empieza a ajustarse a la nueva rutina, y lo que al principio costaba se vuelve más natural. Esto, no obstante, no es igual para todo el mundo.

Factores como la edad, el estado de salud, la actividad física y la dieta anterior influyen mucho en cómo y cuánto tarda tu cuerpo en adaptarse. Por eso, una formación sólida en nutrición es clave si quieres entender bien estos procesos y saber cómo diseñar planes alimenticios que respeten el ritmo de cada persona.

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¿Qué le pasa al cuerpo en la primera semana de dieta?

Cómo te hemos comentado, la primera semana de dieta es la más intensa. Si cambias de forma drástica tu alimentación, tu cuerpo lo va a notar. Y mucho. Esto es lo que le pasa al cuerpo en la primera semana de dieta:

  • Cansancio o falta de energía. Sobre todo si has reducido los hidratos de carbono. Estos son la principal fuente de energía del cuerpo y, al quitarlos, puedes sentirte más lento o agotado.
  • Dolores de cabeza. El cambio en los niveles de glucosa puede causar cefaleas, sobre todo en los primeros días.
  • Mal humor o irritabilidad. Lo que se conoce como el síndrome de abstinencia del azúcar. Si estabas acostumbrado a consumir dulces con frecuencia, tu cerebro puede reaccionar negativamente al no recibir su «dosis».
  • Hambre constante. Es normal si reduces calorías de golpe o si no estás comiendo de forma equilibrada.
  • Problemas digestivos. Como estreñimiento o diarrea. Tu sistemas digestivo también necesita tiempo para adaptarse al nuevo tipo de alimentos.

Estos síntomas no significan que lo estás haciendo mal, sino todo lo contrario: son señales de que tu cuerpo está reajustando su metabolismo y aprendiendo a trabajar con una nueva fuente de energía. Y si estás estudiando nutrición o te interesa este mundo, es crucial saber cómo guiar a una persona en esta etapa inicial para evitar frustraciones o abandonos.

Así puedes evitar el efecto rebote. ¡Conoce las claves para superar las fases más duras de una dieta!

Síntomas al empezar una dieta: ¿cómo reacciona el cuerpo?

El cuerpo es una máquina inteligente. Y cuando le cambias su «combustible», reacciona de diferentes maneras. Algunos de los síntomas al empezar una dieta son físicos, otros más emocionales. Veámoslos:

  • Pérdida rápida de peso en los primeros días. No es grasa, es agua. Al reducir los hidratos, el cuerpo usa sus reservas de glucógeno, y con ellas se pierde agua. Por eso, es normal perder peso rápidamente al principio.
  • Cambios en el estado de ánimo. Lo que comes afecta directamente a cómo te sientes. La falta de ciertos nutrientes puede influir en la producción de serotonina, dopamina y otras sustancias que regulan el ánimo.
  • Mayor sensación de sed. Puede que no lo hayas notado, pero muchas veces confundimos el hambre con la sed. Al cambiar tu dieta, empiezas a ser más consciente de estas señales.
  • Mejora del sueño (a medio plazo). Al dejar de consumir ciertos estimulantes o alimentos procesados, muchas personas notan que duermen mejor y se despiertan con más energía.
  • Mayor concentración y claridad mental. Una alimentación más equilibrada y rica en nutrientes favorece la función cognitiva. Eso sí, esto suele llegar después de la etapa inicial de adaptación.

No todas las dietas son iguales. Y no todos los cuerpos responden igual. Por eso, formarte en nutrición no solo te da herramientas para mejorar tu salud, sino también para acompañar a otras personas en sus procesos de cambio.

En la Escuela ELBS, puedes formarte en nutrición y dietética online, sin requisitos de acceso previos y a tu ritmo. Una forma accesible y completa de adentrarte en este mundo, tanto si quieres cuidarte mejor como si sueñas con asesorar a otras personas desde el conocimiento. Porque comer bien es mucho más que contar calorías: es entender el lenguaje del cuerpo. Y tú puedes aprender a hablarlo.

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