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¿Te has preguntado alguna vez cómo se alimentaban nuestros antepasados y si ese estilo de vida podría funcionar hoy en día? La dieta paleolítica, también conocida como dieta paleo, se basa precisamente en eso: en volver a los orígenes, en recuperar una forma de comer más natural, más conectada con la tierra y con nuestro propio cuerpo. Pero… ¿realmente es tan saludable como parece? ¿Cuáles son sus riesgos? Te contamos todo lo que necesitas saber a continuación, ¡no te lo pierdas!

Seguir ciertos regímenes alimenticios no se puede hacer a la ligera. Estudia nutrición para alimentarte con conocimiento y seguridad.

¿Qué es y en qué consiste la dieta paleo?

La dieta paleolítica se inspira en la alimentación que seguían los humanos durante el Paleolítico, antes de que apareciera la agricultura y la ganadería. La idea es sencilla: comer solo aquello que podrías cazar, pescar o recolectar en la naturaleza.

En la práctica, esto significa centrarse en carnes magras, pescados, frutas, verduras, frutos secos y semillas. Por el contrario, se eliminan los cereales, las legumbres, los lácteos, el azúcar refinado y todos los productos ultraprocesados.

El principio que guía esta dieta es que nuestro cuerpo no ha cambiado tanto desde aquellos tiempos, pero nuestra forma de alimentarnos sí lo ha hecho drásticamente. Según los defensores del enfoque paleo, esa desconexión entre nuestra biología y nuestra dieta moderna es lo que ha favorecido la aparición de enfermedades como la obesidad, la diabetes o las patologías cardiovasculares.

¿Qué se puede comer en la dieta paleolítica y qué no?

Ahora bien, si estás pensando en adoptar este tipo de alimentación, lo primero que necesitas saber es qué entra y qué queda fuera del menú paleo. Veamos una guía de alimentos que se pueden comer en la dieta paleolítica:

  • Carnes magras. Ternera, pollo, cerdo, cordero, pavo, etc. Preferiblemente de animales alimentados de forma natural.
  • Pescados y mariscos. Especialmente los ricos en ácidos grasos omega-3 como el salmón, las sardinas o el atún.
  • Frutas y verduras. Todas son bienvenidas, especialmente las frescas y de temporada.
  • Frutos secos y semillas. Almendras, nueces, pipas, chía, lino, entre otros.
  • Huevos. Una excelente fuente de proteína natural.
  • Grasas saludables. Aceites de oliva virgen extra, aguacate o aceite de coco.

En cambio, entre los alimentos prohibidos en la dieta paleo encontramos los cereales como el trigo, la avena o el arroz, así como las legumbres, los lácteos y los azúcares. Entran en esta categoría, también, los edulcorantes artificiales y los productos ultraprocesados.

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Ventajas y desventajas que tiene la dieta paleo

Como toda estrategia nutricional, la dieta paleolítica tiene aspectos positivos y negativos. Veamos cuáles son las principales ventajas y desventajas de la dieta paleo:

Ventajas

Estas son las principales ventajas que ofrece esta dieta:

  • Promueve el consumo de alimentos reales. Al eliminar los procesados, el cuerpo recibe nutrientes de mejor calidad, se reducen los picos de azúcar y se mejora la digestión.
  • Ayuda a regular el peso corporal. Al ser una dieta rica en proteínas y grasas saludables, produce mayor sensación de saciedad y evita el picoteo constante.
  • Mejora los niveles de energía y el estado de ánimo. Muchas personas que siguen la dieta paleo notan una mayor claridad mental y energía sostenida, ya que el cuerpo deja de depender de los azúcares refinados para obtener combustible.
  • Reduce la inflamación. Al eliminar alimentos con gluten, azúcares añadidos y aceites refinados, disminuye la inflamación sistémica, lo que puede contribuir a aliviar dolores articulares o problemas digestivos.
  • Favorece una mejor salud metabólica. Se ha relacionado esta dieta con una mejora en los niveles de glucosa y colesterol, así como en la sensibilidad a la insulina.

Desventajas

No obstante, hay que destacar también que existen desventajas de la dieta paleo:

  • Puede ser difícil de mantener a largo plazo. Excluir tantos grupos de alimentos puede hacer que la dieta sea restrictiva y poco sostenible en el tiempo, especialmente en contextos sociales o laborales.
  • Riesgo de deficiencias nutricionales. Al eliminar cereales y lácteos, puede reducirse la ingesta de calcio, fibra y algunas vitaminas del grupo B. Por eso, es importante planificarla bien y compensar con otras fuentes naturales.
  • Puede resultar costosa. Comprar carnes magras, pescados frescos y productos ecológicos puede suponer un gasto mayor que una dieta convencional.
  • No es apta para todas las personas. Algunas personas con condiciones médicas específicas, como insuficiencia renal o trastornos digestivos, deben consultar a un especialista antes de iniciar esta dieta.

Diseña una dieta paleolítica con conocimiento

Si te atrae la idea de comer de forma más natural y consciente, pero no sabes por dónde empezar, lo que necesitas es conocimiento. No se trata solo de planificar con equilibrio o mantener una buena hidratación, que sin duda, son claves, sino que también debes tener nociones avanzadas acerca de los nutrientes que estás ingiriendo y lo que te aportan.

Para eso, lo fundamental es contar con una formación en nutrición. Mediante programas como el que te ofrecemos en la Escuela ELBS puedes aprender a diseñar una dieta paleolítica con conocimiento, escuchando a tu cuerpo y, sobretodo, adaptándote a lo que necesitas. Y es que este tipo de cambios alimenticios no deben hacerse de la noche a la mañana de cualquier manera, sino que deben planificarse con calma para garantizar que no hay riesgos.

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